lunes, 5 de octubre de 2015

Explicación del nombre del blog: Ian Curtis y su She's lost control


No me gustaba la tecnología, no me gustaban los ordenadores, no me gustaban los móviles. Pero cuando vi que podía seleccionar la música que yo quisiera para el ring de mi móvil, me decanté por She's lost control, “Ella perdió el control”, una canción obra de Ian Curtis.
Curtis fue el cantante de Joy Division, una banda inglesa de finales de los años setenta. Un chico sensible y extraño, amante de la literatura de Kafka y la música de tipos como David Bowie o Iggy Pop, y epiléptico. A veces, en sus conciertos, o bien tenía verdaderos ataque de epilepsia o bien fingía tenerlos, y unía los característicos movimientos de dichos ataques a sus meneos musicales, creando una desenfrenada y particular forma de bailar. Murió a los veintitrés ahorcándose. Dijeron que era depresivo, que sufría las nefastas consecuencias emocionales de un triste divorcio (a sus veintitrés años tenía una hija de cuatro años) y que era adicto a sustancias poco recomendables. El caso es que se suicidó después de haber visto una película de Herzog cuyo protagonista se suicida y escuchado Idiot de Iggy Pop. Eso dicen. La canción She’s lost control, “Ella perdió el control”, la escribió tras presenciar una dura escena cuando trabajaba en los Servicios Sociales (sí, un artista maldito trabajando en los Servicios Sociales). Un día apareció por su oficina una pobre chica pidiendo trabajo, y justo en aquel momento, sin poder evitarlo, la joven sufrió allí mismo un violento ataque epiléptico que la llevaría a la muerte. Ian quedó traumatizado. Él sabía lo que era verse presa de aquel horrible descontrol. Y compuso la canción que décadas después yo escogería para el timbre de mi móvil.
“Confusión es sus ojos, que lo dicen todo. Ella ha perdido el control. Y se aferra al que más cerca esté. Ella ha perdido el control. Y descubre los secretos de su pasado”…
Cada vez que Magdalena me llamaba, sonaba que ella perdió el control.


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